Gringo team!!!

Quetzaltenango, Guatemala.- Después de unos relajados días en Granada, Nicaragua, junto un par de viajeros neozelandeses que conocí en el hostel nos fuimos a Leon. Según me habían dicho este pueblo era más "bonito" y tranquilo que Granada, osea que pintaba perfecto...

Para llegar hasta allí tuvimos que tomar una buseta local, parar en la Panamericana y cambiar de bus. Parte del viaje fui bastante indignado porque en la buseta el cobrador habia timado a un par de viajeros que no sabían hablar español. Cada vez soy más consciente de que saber hablar español es una grandísima ventaja porque allí donde tienes que pagar algo no te marean. Además es más fácil regatear los precios y, a veces, por el hecho de ser español te ofrecen mejores precios. Intenté ayudarles pero el cobrador no entraba en razón y todo fue muy confuso, en fin... Llegamos los 3 a León y ya nos encontramos con el taxista simpático que nos quería cobrar la carrera desde la terminal de bus hasta el alojamiento a precio de gringo... No amigo... vete a tomar por el culo! Antes de empezar el viaje le tenía bastante manía a los taxistas, pero es que ahora los odio. Prefiero andar un buen rato con la pesada mochila que pagar a esa gente. Sólo en caso de alta necesidad tomo un taxi y después de haber comprobado antes el precio con un local que no esté intersado en nada.

León es una pequeña ciudad con casas coloniales españoles y poco más. Es tranquila pero sin duda me gustó mucho más Granada, bueno... son gustos. Lo mejor fue que en el hospedaje donde estaba y por sorpresa me encontré un colega norteamericano, Ira, qué bueno fue! Con él estuve viajando durante 6 días en Bolivia, estabamos siguiendo más o menos la misma ruta y siempre habíamos intentado coincidir comunicándonos por email, pero no fue posible... y sin quererlo... nos vimos en Leon! qué bueno fue! nos alegramos un montón y salimos esa misma noche a tomar unas cuantas cervezas.

Después de pasar el fin de semana en León me despedí de Ira para irme a Managua, la capital de Nicaragua. Básicamente mi intención en la ciudad no era visitarla, sino hacer escala allí para al día siguiente tomar el bus directo hacia Guatemala City. Fue muy curioso el que todo el mundo me recomendara que no saliera a la calle "cuidado, es muy peligros, no lleves nada". Lo más fuerte fue cuando salí del hospedaje con la intención de ir a cenar y nada más en la puerta una señora me dijo, no vayas por allí, ten cuidado... collons, que ni siquiera podré ir a cenar!!! Pues nada, sabiendo que aquella zona no tenía nada y que había un bar al lado allí me quedé...

A las 5 am del día siguiente me embarqué en el largo viaje que me llevaba a Guatemala City: un primer trayecto de 12 h hasta San Salvador, pasar la noche allí, y luego un trayecto final de 8 h hasta Guatemala. Qué alegría fue la mía cuando el bus iba medio vacío y te podías tumbar en los asientos, ohhhh, qué placer! el bus no era tan bueno como los argentinos pero al menos no íbamos rollo lata de sardinas como en otros viajes. Estupendo! Justo al llegar a San Salvador unos viajeros y yo preguntamos al asistente mariquita del bus por un hostal barato. En ese momento fue cuando me uní a Asger y Esben de Dinamarca, y a Jezza de Nueva Zelanda. Después dejar las cosas en la tétrica habitación dimos una vuelta por las calles más cercanas: contaminación, ruido y suciedad fue lo que vimos. Tal vez otras partes de la capital de El Salvador son más bonitas, pero lo que es el centro... deja mucho que desear. Eso sí, nos pusimos las botas a comer "pupusas", el plato típico; son como una especie de tortillas de maíz o harina rellenas de frijol, queso, etc. a las que se le añade un pupurrí hecho de cebolla, ajo, zanahoria y algo más, riquísimo!!!

Al día siguiente nos levantamos y después de unas 8 h llegamos a Guatemala City. Nada más pisar salir del bus y sabiendo que la ciudad no tenía mucho que ofrecer tomamos un bus a Antigua, a unos 60 km de la capital. Tras casi 2 horas sobre el famoso "chicken bus" guatemalteco (esos buses ya los vi en Nicaragua y se trata de los desechados buses escolares yankees). En Antigua nos acomodamos los 4 en una misma habitación de una posada bastante decente, y tan solo pagando 1,5 Euros por persona, no estaba nada mal... Además descubrimos que justo en la esquina había un bar donde hacían comidas muy baratas, perfecto! A la tarde en la posada conocimos a un par de chicos estadounidenses de Texas, Aaron y James y, después de compartir un rato de charla y unas cervezas que habíamos comprado en el super de al lado, nos fuimos de fiesta. Era martes y apenas había gente del pueblo saliendo de fiesta, así que el único lugar que había pinchando música estaba lleno de gringos. Y allí... con la coña de que no había más que gringos fue donde nació el Gringo Team!!!

Al día siguiente me fui a dar vueltas por el pueblo para hacer unas cuantas fotos y disfrutar de su ambiente; vendedores en la calle, diminutas tiendas en viejos edificios coloniales, iglesias, parques, escuelas para aprender español, los estudiantes que salían del colegio o la universidad, el jaleo de la plaza central, tomar un café en un pequeño local... Me encantó todo! el pueblo es bastante turístico pero si te alejas un par de manzanas de la plaza central no hay ni un gringo y todo es más auténtico.

Una de las actividades que hay por hacer en Antigua es la visita al volcán Pacaya. Tomamos un transporte repleto de turistas que te llevaba a la loma del volcán y, después de subir caminando 45 min llegamos a un lugar impresionante. Primero vimos los restos de lava ya seca de la erupción de agosto del año pasado y, después de caminar un poco más llegamos a lo mejor: los ríos de lava. Era increible, estuvimos caminando sobre las piedras todavía calientes y nos acercamos hasta pocos metros de la lava, justo lo que nos permitía el calor. Jezza tuvo una brillante idea, la de tostar unos trozos de pan acercándolos con un palo, fue divertidísimo!

Tras unos relajados días en Antigua nos fuimos el grupo entero a un pueblo llamado San Pedro a orillas del lago Atitlán. Nada más ver el lago desde el bus nos quedamos alucinados de su belleza... con aguas de color turquesa lo mejor que tiene es su entorno rodeado por volcanes y montañas repletas de vegetación. San Pedro es un pequeño pueblo lleno de callejones, casi un laberinto, del cual lo que más me gustó fue la amabilidad de su gente, especialmente de las personas mayores. Los jóvenes y de mediana edad no hacían más que ofrecerte drogas, taxi, kayak, tours, etc., pero lo bueno eran los mayores que estaban sedientos de conversación y siempre que te cruzabas con uno te dedicaba una amable sonrisa y un saludo, me encantó!

Los días en San Pedro transcurrieron tranquilos, los 6 nos fuimos a unas rocas a saltar sobre el agua (había un salto de 8 metros y otro de 12), divertidísimo! nunca había saltado de tanta altura y reconozco que acojona mucho, pero en cuanto sales del agua la adrenalina te corre por las venas. Y durante las noches, tratándose de fin de semana, salimos de fiesta hasta las mil ;)

Después de los 4 días de San Pedro el Gringo Team se dividió ya que cada uno tiene un itinerario y tiempo diferente. Ahora me encuentro en Quetzaltenango con Jezza, el chico neozelandés. Esta ciudad, la verdad... a parte de la plaza central y los alrededores no tiene mucho más que ofrecer. Tal vez el mercado pero... poco más. Mañana nos vamos hacia Chichicanstenango donde nos reencontraremos con Aaron y James, los yankees.

De momento por lo que estoy viendo de Guatemala... me está encantando y mucho! lo mejor sobre todo, al igual que en Nicaragua, la amabilidad de la gente. Antes de llegar a estos dos países me habían estado advirtiendo mucho de su inseguridad "ten cuidado" "no vayas" "hay mucho ladrón y delincuente" pero... me he encontrado todo lo contrario. Por la experiencia que estoy teniendo hasta ahora solamente puedes encontrar riesgo en las capitales, las grandes ciudades. Sin embargo, en los pueblos y lugares menos masificados todo es buen ambiente y ayuda hacia el viajero.

Raúl