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Diario personal de algo más que un viaje de vuelta al mundo.

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Lugar: Sabadell, Barcelona, Spain

miércoles, marzo 28, 2007

Impresionado por la inmensidad de la naturaleza...

Potosí, Bolivia.- Después de mi "hasta pronto" de Argentina me dirigí de nuevo en solitario hacia la frontera para iniciar mi nueva etapa, nueva gente, nueva moneda, nuevas costumbres... Bolivia!!!

Justo en la frontera con Bolivia conocí a un par de viajeros, un yanki y un australiano que viajaban juntos y tenían planeado hacer durante los primeros días la visita al Salar de Uyuni. Así pues nos unimos y nos fuimos directamente a Tupiza donde allí iniciamos el tour de 4 días por el Salar de Uyuni y las lagunas del suroeste boliviano.

El tour lo iniciamos en un jeep con nuestro guía Abraham, la cocinera doña Agustina, 3 israelís (2 chicas y 1 chico), Ian el americano, Christian el austrailano y yo, menuda mezcla...

Los primeros 3 días del tour los dedicamos para recorrer las lagunas y paisajes desérticos del altiplano, nada más ni nada menos que recorriendo por sobre de los 4.000 m de altura! para mí las noches eran terroríficas porque además de estar un poco resfriado y taponado la altura dificulta mucho la respiración. Durante esos días también aprovechamos para probar la hoja de coca en todas sus variedades; mascada, fumada, en té, un poco de todo...



Al 4º y último día, y después de una nochce Red Label y Bacardí con los chicos, hicimos el sobre esfuerzo de levantarnos para ver el amanecer en el Salar de Uyuni. Cuando llegamos al salar creíamos estar soñando, estar viendo una película. Con muchas fotos intenté recoger la belleza de aquél espectáculo pero es imposible captarlo por completo, hay que estar allí para sentirlo... después y aún excitados por el espectáculo fuimos a la Isla del Pescado en el salar. Escalé hasta el mirador de la isla donde tuve la suerte de estar solo para disfrutar del espectáculo. En aquél momento tuve esa sensación que pocas veces he tenido y que tan maravillosa es: sentirme insignificante por la inmensidad y fuerza de la naturaleza. Sólo queda la opción de disfrutar y dejar que el tiempo pase... esos son los momentos que me hacen seguir con fuerza el viaje, las ganas de seguir descubriendo las maravillas que tiene el mundo.


Una vez acabado el tour y haciendo noche en Uyuni me despedí con un hasta luego de mis colegas Ian y Christian, durante el fin de semana intentaremos vernos en La Paz. Mi viaje continuó para Potosí con el objetivo de visitar las minas del Cerro Rico, todo un emblema en el pais.
La visita a las minas ha sido otra experiencia única de las que dan fuerzas para seguir conociendo lugares y gentes difernetes... Ha sido estremecedor conocer las condiciones en que trabajan los mineros, sus historias, el por qué lo hacen... y es que hay gente que todavía da su vida por los demás...

Con esto doy por finalizada mi ruta por el sur de Bolivia y me dirijo a La Paz, ya muy muy cerquita de Perú!

Raúl

jueves, marzo 22, 2007

El norte de Argentina

Tupiza, Bolivia.- Después de esas locas semanas en Brasil ya tenía ganas de un poco de tranquilidad y sobre todo de reecontrarme con mis amigos en Buenos Aires. Organizamos una cena/asado en la terraza de casa de las chicas canadienses, qué bueno volver a ver a Dani, Josefina, Tim, Steph, Valerie... qué bien me lo pasé!!! El resto de la semana la dediqué a "pelotudear" por la ciudad, lavandería, comprar 4 cosillas que necesitaba, etc...

El siguiente destino del viaje era San Juan con la idea de visitar a Ester, la amiga catalana que conocí en la Ruta 40. Después de 12 horas de viaje en un bus de noche aparecí allí donde me vinieron a buscar Ester y Marcelo (su novio). Desde el primer momento me trataron genial, me hospedé en su casa y me cuidaron muy bien. Por cierto, Ester se lo curró mucho y me hizo un pa amb tomaquet i pernil, ohhh, cuánto de menos lo echaba!

El fin de semana pillamos el coche y nos fuimos a visitar el Valle de la Luna y el PN de Talampaya. Estos dos lugares son maravilloso, lugares no muy turísticos de Argentina pero que merecen muy mucho la pena visitar. Talampaya lo recorrimos a medias en bicicleta y caminando, totalmente embobados por el maravilloso paisaje y geoformas que nos ibamos encontrando. El Valle de la Luna es conocido, tal y como dice el nombre, por ser un paisaje muy parecido al lunar. Además tiene la peculiaridad de que está lleno de restos de dinosaurios, maravilloso e interesante lugar.



Después de pasar el fin de semana con Marcelo y Ester seguí mi ruta hacia el norte, a San Miguel de Tucumán. Al llegar me sentí algo triste ya que en ese momento dejaba de reecontrarme con amigos y no hacía más que pensar "y ahora qué? se me va a hacer raro viajar solo...", pero no fue así... tuve la suerte de conocer a Larisa, una chica de Buenos Aires que viajaba sola y que por suerte se acercó a mí para preguntarme si podíamos recorrer la ciudad juntos. Ella estaba de vacaciones visitando el norte, qué casualidad, igual que yo! desde el primer momento congeniamos muy bien y seguimos el viaje juntos (Cafayate, Salta, Tilcara, Purnamarca, Humahuaca, Iruya, San Isidro...).









Lo que más nos gustó fue Tilcara, un pueblecito sencillo y que aún conserva sus bajas casas hechas de barro. Allí nos hospedamos en un buen hostel donde conocimos a un par de personajes, Gilles y Diana (buena gente, pero personajes jejeje). Desde allí hicimos las visitas a Purmamarca y el cerro de los 7 colores, el mini pueblo Iruya, hicimos una cabalgata a San Isidro... todo fantástico y con una más que buena compañía. El paisaje del norte del pais es árido y colorido, y con pueblos pequeños aún poco explotados por el turismo, todo encantador.

En fin, para mí lo mejor del norte y de lo que me ha pasado hasta ahora fue sin duda la compañía, muchas gracias Larisa! estoy seguro de que nos veremos muy pronto!

Después del inolvidable viaje por el norte tomé mi bus ya en solitario con destino a Bolivia. Eso sí, estoy seguro de que volveré en breve a Argentina, maravilloso pais y aún mejor gente.

Raúl

lunes, marzo 12, 2007

Paraíso encontrado

San Juan, Argentina.- Tras unos maravillosos días en Canoa Quebrada, Rodrigo y yo partimos para Jericoacoara, haciendo escala obligada en Fortaleza (fea ciudad con feas playas y feo todo). Tenía muchas ganas de llegar al pequeño pueblo de Jericoacoara ya que había leido mucho y bueno sobre este pueblo, qué tendría que la gente volvía tan ecantada? 6 horas son las que nos llevaron hasta el pueblo, primer tramo en un bus donde pudimos viajar en clase VIP sin tener que pagar un real de más, para finalmente cambiar de transporte y agarrar una especial de camión que iba a través de la playa.

Después de desprendernos de un personaje/garrapata del pueblo que nos guiaba sin nuesra voluntad a las pousadas provocando así un aumento del precio, encontramos la "Pousada azul", tranquila y con vistas al mar...

Dejamos las mochilas y nos lanzamos a la calle a recorrer el pueblo, espectacular las primeras sensaciones: tranquilidad, gente amable, calles de arena, todo auténtico y no masificado por el turismo, genial! el pueblo tan solo mediría 1000x600 m, no más. Calles unas anchas y otras estrechas, casas pequeñas y sencillas, lugareños modestos y muy amables, con poco turismo... genial!!! y a todo esto... el pueblo estaba rodeado de unas inmensas dunas que le daban un toque especial, diferente al resto de pueblos costeros de Brasil que hasta entonces había visto.







Durante el día la nuestra actividad se basaba en deambular por las calles y disfrutar del ambiente de tranquilidad, al atardecer todo el pueblo subía a la duna para ver un magnífico espectáculo, y a la noche... como no! fiesta en la playa!!! qué ambientazo! caiprinhas, cerveza skol, mulheres, música, capoeira... es Brasil... só alegria!!!

Uno de los 6 días que estuvimos en Jericoacoara subimos a un caballo y fuimos a recorrer las infinítas y semidesérticas playas de Ceará. Es impresionante la sensación de galopar con un caballo por esas playas, indescrptible! Otro de los días hicimos una excursión en buggy a las lagoas del parque nacional de Jericoacoara... espectaculares los bañitos que nos pegamos en esas aguas cristalinas.


Y qué decir de la gente que conocimos, todos diferentes o si más no curiosos; la señora del "Bistrogonoff", el loro Carlos, la sorveteira y su amiga, las conchetas argentinas, la lodjeira, etc.

Después de 6 días en el paraíso y de una buena y divertida fiesta a las 7.30 h salía nuestro bus que nos llevaría al aeropuerto de Fortaleza donde acabó nuestro viaje juntos... yo me iba a Rio de Janeiro para al día siguiente volar a Buenos Aires mientras Rodrigo haría lo mismo pero con escala en Sao Paulo, qué bien lo pasé con el boludo!!!

Raúl